domingo, 18 de octubre de 2009

Una de historias mágicas


La ténue luz se filtró por la ventana punteandole el rostro y devolviendole a aquella habitación, a aquellas cuatro paredes que le advertian que se volvía a encontrar en el mundo real y que nada de lo que habia vivido en ese sueño tenia un ápice de verídico.

Las dudas comenzaron a asaltarle y un sudor frio como el hielo comenzo a recorrerle el cuerpo. Los dientes picoteaban los unos con los otros y la manta de piel que le cubria no era mas que fina seda en aquellos instantes.

Por unos instantes trató de convercerse así mismo que todo lo que había ocurrido durante el tiempo que había estado dormido era producto de su imaginación, lo que coloquialmente denonominamos como "sueño".

Pasaron varios minutos y nada de lo que se trató de decir interiormente le sirvió para llegar a una conclusión clara.

Con la manta hasta la barbilla y los ojos fijos en el escritorio que tenía delante vió una libreta. Con un brinco hábil apartó la manta a un lado y desalentado tomó el cuaderno entre sus dedos y lo abrió al mismo tiempo que tomaba asiento y se acercaba a la mesa dispuesto a escribir lo que ni el mismo sabía.

Había vivido algo extraño, más que un simple sueño, posiblemente una realidad paralela, algo que quizás no debería haber visto, un fallo del sistema, o una locura transitoria tal y como su inconsciente pretendía hacerle creer.

Agarró el boligrafo con fuerza y trató de calmarse y de evitar el temblor de su mano.

Dispuesto a escribir lo que había vivido comenzó a escribir un relato que da comienzo de la siguiente manera.....

Recuerdo tener sueño, llegar a casa, dormirme en mi habitación.

Me desperté y miré el reloj, la cinco y media de la tarde.
Me incorpore y pense en brindarme una buena merienda. La siesta había despertado un apetito agradable y un buen tentenpie lo agradecería como agua de mayo.

Me frote los ojos y agarre el pomo de la puerta dispuesto a salir al pasillo y llegar hasta la cocina.
Al abrirla y dar el primer paso mirando en dirección al suelo vi que no pisaba la madera que debía pisar, sino más bien algo mas duro, piedra pulida.

Alcé la vista y un nudo me agarró la garganta dejandome por unos instantes sin respiración, perplejo, atónito, lleno de tal asombro que ni mil agujas punzantes podría haber sacado ni una gota de mi sangre en aquel momento.

Lo que parecía una biblioteca inmensa se alzaba en lo que debía ser mi casa, mi pasillo de toda la vida.

Observé sin poder moverme durante unos segundos con la boca abierta como un tunel y con la razón mudada a otra parte.

La arquitectura era preciosa, precisa, regalo para unos ojos que nada veían de sueño.

Miles de libros, que digo, millares!, en preciosos estantes de madera labrados por manos mágicas, tocadas por el don de la elegancia, labradas con el cuidado perfecto, con la calma con la que se erigen las buenas obras.

Esta historia solo acaba de empezar, tiene un principio y posiblemente un final, pero todo eso lo veremos en varias partes. Hoy finaliza el capítulo primero.

2 comentarios:

motero dijo...

Tras un tiempo desconectado, vuelvo a visitar tu blog. Una historia q promete mucho, pero aun le falta empezar. A ver si en breve nos sorprendes con el segundo capitulo.

Mariano dijo...

la verdad pase con poco tiempo pero lei apenas algo de la 3ra parte y me tuve q ir hasta abajo para empezar con la 1ra =D

Como dice motero, promete y da sus frutos

Saludos!